Y terminó DAU 2023, 3 días intensos en que se ha visto que “Se muere de éxito” y que el espacio y el concepto se ha de redefinir para el futuro, ahora que se ha consolidado.
Después de 9 años de crecimiento y tras uno virtual en la pandemia y otros 2 de transición de esta magnífica apuesta lúdica, de creación, desarrollo y puesta en marca por parte de Oriol Comas y el ayuntamiento de BCN, este año se ha visto que NO se puede ser “todo de todo”, y aunque siga funcionando como imán para el público, no ha lucido todo como podría haberlo hecho. Un comentario escuchado ha sido ”Filosofía de festival, ejecución de jornadas de club”. “El que el mucho abarca, poco aprieta” y no os engañéis en la crítica, que no es culpa de las personas que estaban allí dándolo todo.
El Espacio de Fabra i Coats y su entorno, se ha quedado pequeño comparado con lo que ha crecido el sector y la afición. Todas las actividades son fantásticas, gracias a los aficionados y editoriales que las crean, pero en un espacio tan pequeño se estorbaban entre ellas y no pueden ni lucir, ni crecer, con un problema importante como la movilidad entre áreas y las colas que las colapsaban. Por ejemplo las jornadas de simulación que creaba Alfha- Ares, en el espacio y con los recursos actuales, se quedan en una pequeña representación de lo que habían sido en otros tiempos, y el espacio de DAU Experto es insuficiente para todo lo que alberga.
Detalles como un bar colapsado, colas para entrar en los pabellones y salas abarrotadas con problemas de aforo, no ayudan. Otro ejemplo, el Devir Show se hizo en un espacio la mitad del anterior y de muy difícil acceso. Otro es que los profesionales no tuvieran una manera de conseguir pase para acceder directamente a las zonas y no tenían un lugar donde encontrarse. Todo esto no ayuda a intentar entender el festival como “un todo”, en el que se desarrollen todo el potencial del juego, en sus diferentes variantes y de relación entre sus actores: jugadores, editores y profesionales.
Si es un festival para los ciudadanos, faltaban exposiciones y más cantidad de mesas, y no puede ser tanto un festival para los profesionales y las editoriales, donde por lo menos que se deberían acondiciones espacios adecuados de fácil acceso, no con un extraño ascensor o unas escaleras inacabables.
Si queremos que se considere un festival referente europeo, entendiendo el juego como actividad cultural en diferentes representaciones y a todos los niveles, ha de mutar, cambiar y crecer, creando espacios adecuados para cada uno, si solo se quiere mantener un espacio para la ciudadanía como una actividad de entretenimiento de dos días, ya está bien así, aunque el espacio seguirá siendo pequeño.
DAU sigue teniendo potencial, pero no deja crecer a sus actividades y se ha de replantear en formato, en un sector que no para de crecer. Claro está, si se quiere consolidar como la feria referente en el Sur de Europa, con sus grandes virtudes a nivel conceptual, que lo diferencian de Essen o Cannes y sirva como escaparate de todo del concepto «juego» en sus diferentes representaciones.
DAU se ha de hacer la pregunta: ¿Qué quiere ser de mayor?, ahora que ya se ha consolidado.
De cualquier modo: “Larga vida al Festival DAU” y gracias al trabajo de Oriol Crespo y todo el equipo.
Noviembre 2023
Games & Co. 